Le ordenaron desaparecer las vainas con la que habrían matado al preso de Varela pero las guardó y las entregó a la Justicia

Es una mujer cuya identidad mantenemos en reserva. Forma parte del Servicio Penitenciario Bonaerense y la semana pasada recibió una orden que va contra sus principios: hacer desaparecer tres vainas servidas que podrían ser la prueba clave de cómo ejecutaron a un preso durante el motín en la cárcel de Florencio Varela. O sea, las pruebas de un presunto asesinato. Por estas horas, la Justicia analiza si tres vainas servidas de proyectiles de plomo aportadas a la investigación por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) fueron los utilizados para matar a un preso durante los incidentes ocurridos la semana pasada en la Unidad 23 de Florencio Varela, informaron fuentes judiciales, penitenciarias y de la investigación. Estos cartuchos serán cotejados ahora con al menos 17 armas tipo Ithaca secuestradas en el marco de la investigación por el homicidio del detenido Federico Rey (23), cometido el miércoles último en dicha cárcel del sur del Gran Buenos Aires, con el objetivo de poder individualizar al penitenciario que disparó. Fuentes de la investigación informaron a Infosur que estas vainas de proyectiles de posta de guerra (plomo) fueron hallados en el muro perimetral de la Unidad 23, entre los puestos de guardias 2 y 3, sobre el pabellón 6 del penal, donde se desarrollaron los episodios más violentos de la revuelta. De acuerdo a los voceros, una efectivo del SPB se presentó en las últimas horas ante Asuntos Internos de esa fuerza y dijo que un superior se los había entregado en una de esas garitas para el descarte, pero que ella “se los guardó” y decidió aportarlos a la investigación. La fiscal de la causa, Roxana Giménez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 9 de Florencio Varela, del Departamento Judicial Quilmes, ya secuestró también más de 200 cartuchos de proyectiles de posta de goma y de estruendo disparados por los guardias durante el hecho. A su vez, cuatro penitenciarios que ya aportaron su testimonio ante Asuntos Internos del Ministerio de Justicia bonaerense, a cargo de Julio Alak, declararon en las últimas horas ante la fiscal y dieron detalles precisos “para encontrar al autor de los disparos”, dijo uno de los voceros consultados. Mientras que fuentes judiciales explicaron que desde que se produjo el hecho ya declararon no sólo una gran cantidad de guardias sino también de presos del Pabellón 5, quienes estaban justo enfrente de donde fue baleado Rey en el techo del Pabellón 6. Por otra parte, fuentes judiciales y penitenciarias aseguraron que el video que está circulando en distintos medios y que se viralizó en las redes sociales no registra el momento en el que balean a Rey y que se trata de una información falsa. “En base a los datos recabados hasta el momento, al momento del crimen Rey vestía una remera color roja, por lo tanto no es la persona que se ve en los videos viralizados”, dijo una fuente judicial, mientras que otro vocero explicó que “esa filmación fue efectuada en los techos de otro pabellón”. “Un escopetazo desde esa corta distancia y con munición de plomo, por la cantidad de disparos que agrupa, hubiera generado otro tipo de heridas”, agregó la fuente consultada. Otro vocero de la investigación afirmó que “la autopsia determinó que la distancia de los disparos sería alejada”, con lo que también aclara que el video aportado por el abogado de la familia de la víctima, Juan Manuel Casolati, ya fue descartado por la fiscal de la causa, Roxana Giménez. “Creemos que con ese video se quiere manipular a la opinión pública y continuar incitando a la violencia en las cárceles”, dijo un investigador. Los incidentes se originaron la mañana del miércoles último en los pabellones 2, 6 y 7, del sector de máxima seguridad de la mencionada unidad penitenciaria, a raíz de un reclamo de los presos para que se agilicen sus reclamos de prisiones domiciliarias para los detenidos que conformen la población de riesgo ante el contagio del coronavirus. Justamente, días antes de los incidentes, un preso de ese penal, el homicida Julián Arakaki, había sido derivado a un hospital tras comprobarse que estaba contagiado de coronavirus. “Ese fue el detonante”, dijo un investigador que, además, aclaró que “está comprobado” que a partir ese momento lo presos comenzaron a recibir audios falsos de médicos que les decían “se van a morir todos”. Tras horas de negociación, los guardiacárceles ingresaron para restablecer el orden, lo que derivó en un enfrentamiento con los presos del que resultaron con lesiones leves 40 detenidos y 15 agentes del SPB, según se informó oficialmente. Respecto a los incidentes, los investigadores aseguraron que el momento de mayor tensión ocurrió cuando los presos mantenían sobre los techos del penal a algunos detenidos por causas de violación y amenazaban con tirarlos al vacío. “Era un momento de extremo dramatismo”, agregó la fuente consultada, que además no ahorró críticas a “errores” que cometieron las autoridades del penal en el operativo para disuadir a los presos, motivo por el cual fueron desplazados por decisión del jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses. La situación volvió a la normalidad luego de la conformación de una mesa de mediación entre las autoridades judiciales, penitenciarias y de la Comisión Provincial por la Memoria con referentes de los distintos pabellones. Si bien en un primer momento desde el SPB se informó que Rey había muerto a puñaladas durante una pelea entre internos, la autopsia estableció luego que murió por disparos de arma de fuego correspondientes a una escopeta o similar que le provocaron lesión encefálica y una hemorragia interna en la zona de tórax y abdomen. Fuente: infosur
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