Una noche sin dormir y escurriendo el agua que ingresaba a las viviendas es lo que han pasado muchos vecinos de Necochea y Quequén, con temor por las condiciones climáticas que se vivieron en la madrugada de este domingo y la incertidumbre de no saber hasta dónde seguirían creciendo las ráfagas.
Hubo varios postes caídos en distintos sectores, caída de ramas y hasta voladura de algunos techos por el intenso viento.
Varias calles se vieron totalmente anegadas y muchos vecinos registraron elementos electrónicos quemados por los rayos y los cortes de luz que afectaron a gran parte de la ciudad por algunas horas.
Por otro lado, personal de los carteles de Bomberos locales, cómo así también de Lobería y La Dulce, partieron anoche a colaborar con los damnificados de Bahía Blanca.
El personal de Policía y de Defensa Civil tuvo una noche compleja, con varios llamados al 911 solicitando ayuda.
Defensa Civil registró 47 postes caídos, inclinados o quebrados sobre su base, unos 18 techos algunos con voladura parcial y otros total, 31 arboles caidos, 30 casas inundadas y 25 caidas de cables. Afortunadamente no evacuados ni personas heridas.
Colaboró personal de la Usina, de Tránsito, Centro de Monitoreo, entre otros.
Según se informó, las ráfagas de viento superaron los 90 kilómetros por hora cuando eran alrededor de las dos de la mañana.
Desde el Club Boca, que tiene sede en avenida 58, informaron a clientes y amigos que el lugar tuvo que cerrarse. “Realmente las condiciones climáticas hicieron un desastre en nuestras instalaciones. Ya apartir de mañana estaremos trabajando duro para reparar daños. Desde ya muchas gracias”, dice el comunicado.
